Hoy seguimos con la segunda parte del ejercicio de maridar vinos y novelas. Esta vez, en un entorno intrigante, fabulario y de suspense.
Como ya anoté antes, el vino es sinónimo de historia y tradición. Las novelas históricas por su parte nos permiten situarnos en momentos históricos concretos, que en infinidad de ocasiones retratan las proezas y desavenencias a los que, tantas veces, se ve abocado el ser humano.
Empezamos con El sueño del celta de Mario Vargas Llosa. Una aproximación interesante a la historia, en un relato que cuestiona los afanes de la condición humana, la impermanencia y la tenacidad del ser humano.
Esta obra literaria que se desarrolla entre el Congo, la Amazonía peruana, Irlanda y Londres, le marida un vino étnico con perfil internacional. Un blend de Syrah y Mourvèdre de ocho viñedos distintos, de la bodega sudafricana Familia Sadie. El vino es, el icónico Columella.
Vinos con historia
Un vino desarrollado bajo los preceptos de la agricultura biodinámica, donde la syrah es mayoritaria en un ensamblaje con otras variedades. Vino emblema de la bodega dirigida por Eben Sadie.
Sadie es un viticultor sudafricano, con una personalidad vitícola cosmopolita que forjó su carrera a través de un viaje enológico por los principales viñedos de Europa y Estados Unidos para finalmente, asentarse en su tierra natal, Sudáfrica, en la región de Swartland.
Por su parte, la novela en cuestión se desarrolla sobre una historia cargada de emociones, peripecias y descubrimientos, del diplomático irlandés y activista, Roger Casement. Representando en la historia, como dice el mismo Vargas Llosa, como héroe y villano, traidor y libertario, moral e inmoral.
Roger Casement, forja su vida a través de la incesante búsqueda de la justicia y la insumisión ante las naciones colonizadoras, en un viaje fértil por los tres continentes: africano, americano y europeo.
De la novela histórica a la novela policiaca
Activista incansable, en el génesis de su viaje al Congo fue un idealista lleno de optimismo, que derivó en una continua lucha, fervorosa e incansable, con una visión muy lúcida del colonialismo, en contra del exterminio y la explotación de los indígenas del Congo y la Amazonía.
Luego, bajo la sombra de sus causas fue acusado de traición y condenado a la pena capital.
Así también, y coincidente con el próximo tipo de novela, cruzamos camino con Arthur Conan Doyle, quien solicitó clemencia a la Corona Británica, en vano, para intentar evitarle a Casement el máximo castigo, interpuesto en 1916.
Precisamente, Conan Doyle, es el creador del hábil detective Sherlock Holmes. Si lugar a duda, el personaje más icónico de la novela policiaca.
Un género con altas dosis de razonamiento deductivo, observación, intriga y suspense sicológico. Por tanto, para estas lecturas me inspiro en un vino rebosante de complejidad, enigmático, cuyas piezas aromáticas se encajen sorbo tras sorbo, a golpe de olfato y paladar.
Vino con intensidad y suspense
Numanthia, monovarietal 100% tinta de toro, marida con una novela policiaca, un vino con nervio, con carácter y concentración, que necesita tiempo para expresarse y poco a poco ir descubriendo un arco iris aromático que se mueve entre la fruta roja, las notas balsámicas y los aromas de crianza.
Un vino al más puro estilo “hitchcockniano”, con un inconfundible estilo dotado de misterio, cuyo desenlace final te atrapa con una extraordinaria intensidad de sabor y cuerpo.
De viñas prefiloxéricas con más de dos mil años de historia. Este vino es elaborado con esmero y detalle. Se realizan las vendimias a mano y el vino lleva una crianza de 18 meses en barrica de roble francés.
Así que, ponte en la piel del siempre presente Sherlock Holmes, en la de Perry Mason o en la de Miss Marple, para retar tu sentido más intrépido de razonamiento y resolución de enigmas, copa de vino en mano y ¡hala!, a disfrutar.
La novela de fantasía y el vino: ¿Dulce placer o burbujas centelleantes?
Ahora, si te gusta vivir más en el cielo que pisando el suelo, siempre nos quedaran las novelas de fantasía. Género copioso en reinos milenarios, batallas épicas, mundos perdidos, codiciados tesoros,…
Para librar batallas con júbilo, viajar a otros mundos, tener conversaciones con animales salvajes o recorrer vastos territorios desde la comodidad del sillón, vamos a disfrutar de una copa de Sauternes que perfume nuestras ávidas ganas de introducirnos en esos mundos oníricos, imaginarios y fantasiosos.
Hace unos pocos años descubrí a Clive Staples Lewis (1898 – 1963), curiosamente, después de haber leído el primer libro de Crónicas de Narnia. Siete entregas de fantasía, aventura, amor, fraternidad y todos los sentimientos y contradicciones que nos hacen ser tan humanos.
Lewis precursor y autor definitivo que afianzó y sentó las bases del desarrollo de este género de novelas, deleito al mundo con su primera entrega, en idioma original, en 1950, con El león, la bruja y el armario.
Fantasía delectable
En esta serie de siete novelas basadas en hechos bíblicos y mitos irlandeses, se puede palpar la ilusión de Lucy por encontrar a Aslan, la rivalidad de Edmund con su hermano mayor Peter (¡léxico familiar donde lo haya!), y la candidez de los personajes.
También, nos enseña sobre el perdón, el aprendizaje y el crecimiento personal. Y con estas sensaciones, maridar una copa de cava: vino espumoso, cremoso y centelleante.
Cava Recaredo, de bodega familiar con una filosofía inalterable a lo largo del tiempo de mantener viñedos propios, cultivando bajo las directrices de la agricultura ecológica y biodinámica (bajo el influjo místico de cultivar y cosechar según las fases lunares).
Vendimias a mano, trabajando con las variedades autóctonas: xarel·lo, macabeo y monastrell. Recaredo Terrers Brut Nature, tiene una crianza de 54 meses en botella.
Y así, con burbujas, cremosidad y fantasía seguiremos disfrutando de estos placeres mundanos.
¡Salud!
