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Los champagnes de Amélie (Parte II)

“La embriaguez no se improvisa. Es competencia del arte, que exige dar y cuidar. Beber sin ton ni son no lleva a ninguna parte”. Creo que ya he citado esta frase antes, cuando hice la reseña del libro de Amélie Nothomb, Petronille… pero no veo mejor forma de empezar este artículo que citándola, para recobrar memoria a los champagnes que cita en toda esta obra.

Sí, ya hemos hablado acerca de los hecho curiosos de Veuve Cliquot y del Dom Perignón, pero como hay muchos champagnes en sus libros, vamos a retomar un poco acerca de las historias de estos co-protagonistas literarios.

Perrier- Jouët

Perrier-Jouët es una de las etiquetas míticas de los vinos de la región de Champagne. La casa, fundada en 1811, está ubicada en los adentros de la región, en la localidad de Épernay, en el número 28 de la Avenue de Champagne.

La casa trabaja con pequeños cupos, y a lo largo de su historia ha contado con apenas 7 jefes de bodega, que han logrado conservar los tesoros de la bodega. Uno de ellos es el mitiquísimo Perrier- Jouët 1825, el vino más antiguo existente en Champagne.

Amélie y su oro líquido

Herve Deschamps es el Chef de Caves desde 1993 y el substantivo propio de la filosofía artesanal de esta casa en la elaboración de cada botella.  Amélie Nothomb en su libro barba azul dice, en la boca de su personaje Saturtine, que el champagne es oro líquido; quizás nada más cierto cuando hablamos de este tipo de champagnes.

Hoy en día esta casa cuenta con 65 hectáreas de viñedo, siendo 99,2% de ello está calificado dentro de la escala de los Crus, los pagos más notables de Champagne.

Laurent-Perrier

Fundada en 1812, Laurent-Perrier constituye una de las casas más reputadas de Champagnes. Sus primeros propietarios fueron negociantes de vino que por obra del destino, el jefe de bodega, el entonces Eugène Laurent, recibió en herencia la propiedad por falta de descendencia de los propietarios originales.

Tras la muerte accidental de Eugène en 1877, su mujer, la entonces Mathilde Emilie Perrier tomó el mando de la casa y estableció el nombre que tiene actualmente: Laurent-Perrier, una fusión del apellido de su marido y el suyo.

Champagne de la resistencia

Pero fue en 1939, cuando la casa adquirió nuevos propietarios, los Nonancourt, que la casa fue adquiriendo más relevancia, incluido política. Bernard de Nonancourte se unió a la Resistencia francesa durante la II Guerra mundial y cuando regresó, por insistencia de sus madre, de que se metiera en la bodega, hizo de eso una profesión, pasando a conocer y dominar todos los procesos de elaboración del vino, desde la viticultura hasta, por fin, la venta.

Su actual chef de cave es Michel Fauconnet, que está en la casa de 1974, manteniendo la filosofía de la casa de constancia y sabiduría que supo ser superior a las modas de tendencias de un determinado período.

Laurent- Perrier es la primera maison a lanzar un brut nature.

Moët & Chandon

Imposible escribir sobre champagne y no citar a la casa Moët & Chandon y su historia. Imposible, porque aparte de estar en los libros de Amélie, quizás estas sea una de las casas que dispensa presentaciones hasta los más legos acerca del vino.

Moët et Cie, así inicialmente llamada, fue fundada en 1743 por Claude Moët, junto con Éperney, comerciante de vino, que iniciaron sus negocio enviando champagne a París.  El reinado de Luis XV marca una alta demanda del vino espumoso y la ascensión del champagne en toda la corte.

Tras la introducción del concepto de champagne vintage en 1840, Moët saca al mercado su primera añada en 1842. Su marca más vendida, Brut Imperial, fue introducida en la década de 1860. Su etiqueta más conocida, Dom Perignón, ya citada en Vinálogos.

Petronille

Ay ay ay, que ganas de descorchar algún. No os mentiré: mientras escribo estas magnificas historias de oro líquido, a mi lado tengo una copa bien rellenita. ¿De qué? Misterio.

Cuando llegó mi turno, dijo:

_ Amélie Nothomb en mi sesión de firmas, cómo me gusta

Le tendí Vinagre de miel.

_ Un regalo – dije.

_ Entonces habrá traído champán.

_ Lo siento, no lo he pensado.

_ Lástima. Sufro un condicionamiento pavloviano: es verla aparecer y sentir deseo de Roederer.

_ Luego la invito. Seguro que encontraremos.

_ Si es un Veuve o un Dom tampoco le haré ascos.

_ Laurent-Perrier, Moët, Taittinger, Krug, Philipponnat – recite a la velocidad de una escalera de color.

_ De acuerdo – dijo ella sobriamente.

Mientras terminaba, leí lo que había escrito sobre la guarda de su libro: “Para Amélie Nothomb, mecenas”. Y después su firma”.

Petronille – Amélie Nothomb

¡Chinchín!

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