Hace unos días tuve la oportunidad de catar vinos de una de las denominaciones de origen en España donde la variedad de uva garnacha domina ampliamente el terreno, la DOP Campo de Borja. Son 7500 ha. situadas a los pies del Moncayo, donde predominan las garnachas viejas de entre 35 y 50 años, con producciones de bajo rendimiento y que cuenta cada una con características diferenciadas entre si, en cuanto a clima, suelos y altitudes.
Las viñas datan de 1890 y la denominación de origen se estableció en 1980. Permite la elaboración de vinos blancos, rosados, tintos, espumosos e incluso vinos dulces naturalmente (VDN), no obstante, los vinos insignia de la DOP son los monovarietales de garnacha, patrimonio vinícola de la zona.
Generalidades de la variedad
También conocida como tinta aragonesa, epónima de su lugar de origen, Aragón: hace gala de ser la región española con mayor concentración de viñedo de esta variedad para la vinificación, con más del 40% del total plantado. Dentro de la región se encuentran cuatro denominaciones de origen que han apostado y recuperado plantaciones de estas cepas para hacer de ellas una apuesta versátil y jovial, al tempranillo que domina la geografía vinícola española*: Cariñena, Campo de borja, Calatayud y Somontano. En España es a día de hoy la segunda variedad tinta más plantada (6,4%), después de la tempranillo (20,8%) y destaca en Cataluña, en Toledo, Madrid, Navarra y La Rioja. En Europa, constituye la columna vertebral de los afamados vinos del Sur del Ródano, en la AOC más antigua de Francia, Châteauneuf-du-Pape, donde el 75% de sus viñedos pertenecen a esta variedad.
La denominación de origen Campo de Borja
El reflejo en la variedad de los vinos catados lleva implícito el carácter único y singular de la denominación, cuyo denominador común es el perfil frutal y mineral de los vinos, capaces de expresar las características del terroir, algo que por cierto, hace parte de la afabilidad de la garnacha, y su concentración glicérica que proporciona una agradable sensación dulce en la boca en equilibrio con los demás elementos del vino en la copa. Un equilibrio tenso y bien delimitado, con niveles de alcohol que rondan los 14,5% en promedio.
La DOP Campo de Borja, exige un 85% de garnacha en sus vinos tintos y tiene autorizadas 6 variedades tintas y 6 blancas.
Los viñedos
Los viñedos estañan ubicados entre 300 y 900 metros de altitud con un factor clave para la salud de las viñas que es la influencia atlántica del Cierzo, que es un viento de componente norte, con rachas que alcanzan los 80 km/h, eliminando los problemas relativos a los hongos y el tempero. Este viento seca la capa superficial del terreno siendo un aliado natural para generar una mayor retención de agua en la viña y ejerciendo de efecto regulador del vigor, que es uno de los grandes enemigos de esta variedad. Así, bajo el influjo del Cierzo, en esta DOP es la naturaleza quien marca el ritmo.
El sistema productivo y comercial se asienta en el cooperativismo que ha sido un factor crucial para el crecimiento de la DOP, con un 95% de cooperativas. A fecha de hoy se producen 60 vinos y 12 mistelas en la DOP.
Las zonas
En la zona baja se encuentra el 30% de las plantaciones acogidas a las denominación, encontramos vinos más tánicos con alta concentración de fruta roja. Suelos de poca pendiente, cultivos en espaldera en altitudes que van hasta los 300 msnm. Las zonas más representativas son Agón, Magallón y Pozuelo de Aragón. Impera el uso de crianzas cortas que van de 5 a 10 meses en la búsqueda de presencia de fruta fresca. Vinos expresivos con un final dulzón, muy típico de la garnacha. Sensaciones golosas y cálidas en boca con un perfil más mediterráneo, una expresión de la variedad en estas latitudes.
La zona media representa casi el 60% de la DOP. Terreno mucho mas ondulado, ya se empiezan a encontrar viñedos en laderas con pendientes moderadas, entre el 4% y el 8%. Mayor pluviometría y cambia la composición de los suelos. Se acentúa la temperatura de contraste entre el día y la noche. Perfil frutal y más especiado con notas mentoladas y propias de las crianzas: vainilla, tostados, cedro. En boca, vinos más untuosos con final medio/largo.
En la zona alta encontrareis vinos finos y elegantes, con notas balsámicas y mayor mineralidad. En esta zona las condiciones climatológicas son mas duras, es la última zona donde se vendimia, viñedos hasta 900 msnm y hasta 4 grados de diferencia con la zona media. La vendimia suele hacerse entre el 25 de Octubre y el 20 de Noviembre.
Evolución
A lo largo de los últimos 25 años se han ido explorando distintos perfiles en los procesos de vinificación y se ha dio evolucionando desde los vinos más duros y concentrados, seguramente a alguno os sonará el concepto un tanto peyorativo de que un vino pueda estar “agarnachado”, a buscar un perfil más elegante, con estructura de fruta, con equilibrio en sus niveles de alcohol, la capacidad de integrar tanicidad, acidez y alcohol; vinos más sutiles e interesantes en boca. Igualmente, se va haciendo más común el encontrar “almas libres” que son bodegas que no se acogen a las categorías crianza, reserva, etc, en la búsqueda de plasmar su propio sello de identidad. En este sentido, se llevan los monovarietales de Garnacha pero varía el uso de roble francés o americano y los tiempos de crianza, aunque suelen promediar los 11 meses.
¡Salud!
