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Tintilla de rota

La nueva normalidad llegó para quedarse.  Aún no vemos trazos de lo que era la vida de antes. Aún así, persisten las ganas de conectar con otros, de catar y de escuchar a elaboradores. Hoy daremos un paseo por Cádiz y cataremos a la tintilla de rota.

Hace ya una semana, tuve la oportunidad de disfrutar de una cata varietal con la tintilla de rota como protagonista. De la mano de Alberto Orte, enólogo y empresario, hemos viajado a través de la geografía de esta variedad.

Según las últimas investigaciones al respecto de la tintilla de rota, se estima que su origen es español y que, de estas tierras, ha viajado hasta otras regiones vinícolas a lo largo del Mediterráneo.  

Cuando pernocta en tierras gaditanas se hace llamar tintilla de rota; cuando mira al sur, resguardada por los márgenes del Río Ebro, se hace llamar graciano. Con lo que se torna una variedad con distintas denominaciones, según la región donde se cultiva.

Pese a que suele encontrarse como una variedad cooperante en los principales blends de vinos tintos en La Rioja y en Navarra, es en el sur del viñedo ibérico donde es protagonista en solitario.

Características

Pese a que hay cierta controversia en cuanto al estudio de su ADN y su origen, está variedad, conocida como tintilla de rota en tierras gaditanas, comparte con la graciano riojana sus características en cuanto a reproducción, cuidados, brotación y desempeño.

La graciano se cultiva en La Rioja y en Navarra. Por ceñirnos al territorio español, acotamos la perspectiva comparativa en suelos variados, que trascurren desde arenas, pasando por limos hasta arcillas.

Suelos ligeramente alcalinos y con moderada disponibilidad hídrica durante las épocas de sequía. En Cádiz, la tintilla de rota hace un tándem perfecto con las albarizas, sello único de las viñas del Marco de Jerez.

En estos suelos, la tintilla de rota se presenta en su máxima expresión varietal.

Esta variedad de ciclo medio a largo y de maduración tardía, se expresa mejor cuando se cultiva en suelos frescos, dotados de alta porosidad, como la albariza cuando se planta con bajas densidades y se vinifica con precisión. 

Sensible al mildiu y a la podredumbre, es una variedad en cuya fortaleza reside la acidez que es capaz de aportar a los vinos y el perfume aromático que desprende en sus mejores representaciones. 

Compañía de Vinos del Atlántico 

Pese a que a mediados del siglo XIX, esta variedad se cultivaba ampliamente en España, con el fatal golpe que la filoxera asestó al viñedo europeo y a la viticultura española, sus densidades de plantación se vieron severamente reducidas. 

No obstante, debido a su frescura y potencial aromático, esta variedad siguió siendo cultivada en La Rioja y Navarra, aunque sin intención de representar un gran solo.

Hace casi dos décadas, la buena fortuna de dos socios visionarios y, tal vez, nostálgicos de la herencia vinícola familiar, emprendieron un gran proyecto para trabajar la tintilla de rota y rescatar variedades autóctonas, indígenas, olvidadas, capaces de ofrecer nuevas alternativas al tradicional mundo del vino.

Alberto Orte es un madrileño con sangre andaluza. Inició su carrera en el mundo del vino con la exportación de vinos a Estados Unidos y, de allí, dio un salto espectacular para establecerse en la tierra de sus antepasados y preservar el legado familiar.

Desempeñando una labor magnífica como enólogo y copropietario de la Compañía de Vinos del Atlántico, ha posado sus expectativas, con gran acierto, en la tintilla de rota y en su desarrollo varietal como máxima expresión en solitario.

De este proyecto hoy convertido en realidad, encontramos dos de los vinos de la cata: Vara y Pulga y Atlántida. 

Tintilla de rota como Vino de la Tierra de Cádiz

Tanto Vara y Pulgar como Atlántida son monovarietales de tintilla de rota, elaborados con matices diferenciales, bajo el paraguas de la mínima intervención y un deseo fehaciente de buscar la máxima expresión varietal. 

Vara y Pulgar

Viñas plantadas, desde hace casi treinta años, sobre suelos de albariza a sesenta metros de altitud.

Para su vinificación se emplean tanques de cemento sin recubrir y acero inoxidable, se realizan bazuqueos diarios y maceración de veintiocho días. 

La crianza se lleva a cabo, un 60% en depósitos de cemento y un 40% en tinas de madera, durante el primer año, para luego reposar silentemente durante ocho meses más, en barricas de roble francés de 225 litros, de tercer y cuarto uso. 

El tándem, que realiza la combinación albariza y tintilla de rota, exalta la frescura de este vino y le aporta una deliciosa acidez que se prolonga y acompasa con las notas de regaliz y frutos negros que danzan en la copa.

Inicialmente puede mostrarse con notas reductivas, aunque según se va oxigenando disfrutaremos de su aporte de aromas secundarios, de notas de pimienta, roble y terrosos. 

Vinaloguemos

Os invito a disfrutar algunos de los tantos vinos únicos y hechos con conciencia de nicho, más no de masas, de Alberto Orte y Patrick Mata.

Tintilla de rota que brota y se luce en la tierra de Cádiz, finos y VORS en el Marco de Jerez con su nueva aventura en Bodegas Poniente, sus vinos del Douro, de Yecla, … 

Seguimos viviendo esta nueva normalidad con excepcionalidad y, tal vez, hastío así que entre medias busquemos alternativas que nos permitan disfrutar de la copa a medio llenar. 

La ventaja de la copa medio llena, no es solo que se disfruta más que si estuviese medio vacía, sino que nos permite realizar el movimiento rítmico del líquido que se oxigena y volatiliza las partículas aromáticas para nuestro placer (¡casi siempre!)

¡Salud!

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