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Adiós 2020

Adiós 2020. Hoy te desvaneces como la leña que se quema inerte en el centelleante fuego que nos ha calentado. Has sido todo menos normal y, aún así, hoy te digo adiós y gracias.

Es parte de mi estructura de vida el soñar, planificar y actuar en consecuencia. Y como no podría ser de otra manera, cada año elaboro mi lista de propósitos, de ideales y de retos por cumplir con el paso de los días en el calendario. ¿Y tú?

Algunos propósitos se presentan con textura de terciopelo; otros lucen más prosaicos; y todos animados con la verdadera convicción de alcanzar y persistir. Tal como bien apuntó el gran maestro espiritual, figura del estoicismo, Séneca: Persevera y triunfarás.

A pesar de lo disruptivo de este año 2020, en el cual muchos de nuestros planes se vieron truncados por razones ajenas a nuestra voluntad, no encuentro un mejor motivo para volver a establecer propósitos y expresar agradecimientos.

Gracias 2020

Una vez más, agradezco a este año el habernos mostrado que, durante mucho tiempo, hemos dado muchas cosas por sentado, que nos acostumbramos a la normalidad y a la infinita gracia que nos sujeta en su regazo.

Ha sido un año duro para las familias, para muchos que empezamos el año con una vida totalmente distinta de la que vivimos hoy. Sin embargo, gracias a personas conocidas y tantas otras desconocidas, sobrellevamos de la mejor manera posible tantos días, semanas y meses de ansiedad, temor e incertidumbre.

El epílogo de este 2020 nos deja un sabor de boca astringente, con una pronunciada acidez, con aromas de frambuesas, alquitrán, sotobosque y cuero.

Puede ser un Barolo para beber este último día y con él imbuirnos de mentalidad positiva, de deseos de seguir catando, de viajar como antaño y de mantenernos descubriendo este vasto y sápido mundo del vino.

También nos deja aromas retronasales dulces, aromas terciarios, aromas animales muy finos y a trufa y notas de ciruelas. Nos deja ese sabor de boca de la experiencia vivida intensamente y saboreada con las papilas gustativas, la nariz y la mente.

A los elaboradores

Agradezco a las personas que nos hicieron las jornadas más llevaderas, tantos elaboradores que, sin importar el tamaño o la región, a nivel mundial, se entregaron a nosotros, quienes consumimos, vibramos en clave de vino y nos corre vino por las venas.

Y agradecimiento a todos aquellos que de una u otra manera aportamos nuestro granito de arena. Comprando, haciendo comunidad para apoyar a los pequeños y medianos elaboradores que de la noche a la mañana se encontraron ante un frenazo intempestivo en la locomotora de la normalidad.

De toda esta comunidad, de la ola de información y encuentros digitales en España, Italia, Francia, Estados Unidos, Japón, Australia, en fin, del globo, aprendí, disfruté y descubrí elaboradores.

En plena primera ola de la pandemia, a través de las catas virtuales, de las entrevistas entre amigos del vino, de formadores, y de las campañas de disertación que nos invitaron a participar, a probar nuevos vinos, que nos ayudaron a seguir en pie.

El regalo de este 2020

Y destaco como regalo de este 2020, la resiliencia y el espíritu Kaizen que brilló con su presencia en el mercado del vino español. Entre productores, bodegueros, enólogos, sumilleres, profesionales del vino, que ante cada vicisitud han encontrado no sólo nuevos caminos sino nuevas oportunidades para transmitir el vino y sus raíces.

Adiós 2020, el último año de la segunda década de este siglo de la digitalización, las redes sociales, la infodemia y el coronavirus.

Que este nuevo año sea la subida magistral de esta montaña rusa en la que hemos vivido este 2020 y que las bajas, caídas y ​loops ​de este año nuevo, los podamos encarar con estoicismo, resiliencia y entereza.

Soy fiel creyente de que vendrán cosas buenas, que nuestra generación y nuestro legado en la tierra será -además de buenos vinos y técnicas de elaboración, vitivinicultura y comercialización- la resiliencia, los valores de comunidad y la capacidad de reponernos para encontrar soluciones y avanzar.

Vinalogando en nochevieja

Para vinalogar en nochevieja y decir adiós al 2020, bebed buen vino, bebed Champagne, Rioja, Valdejalón, Jerez, Barolo, Saint-Émilion, lo que os apetezca, y disfrutad con los vuestros, con quienes podáis y con quienes lleváis en el corazón.

Desde la distancia abrazo a mis seres queridos, a mis adorados padres, que tengo a miles de kilómetros pero que llevo siempre en mi corazón, a mi hija que es luz en mi camino de vida, que es la llama que enciende mis anhelos más profundos, a mis hermanas, a mi compañero de vida y a todos aquellos a quienes amo.

Yo voy a brindar con un Chambolle-Musigny, Les Echezeaux, 2013. Un regalo cargado de cariño de estas navidades. Este vino procede de una parcela de 0,8 hectáreas, sita al sur de la región epónima de la denominación de origen.

Viñas de medio siglo de media, con buena exposición. La cosecha se vendimia íntegramente a mano. Crianza en barricas de roble francés, durante dieciocho meses, con un 40% de roble nuevo.

¡Feliz año nuevo y salud!

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